El arte de la seducción tiene muchas armas diferentes, entre ellas los masajes. Los masajes pueden ser útiles en muchos contextos, en los deportivos, para eliminar una contractura que se ha formado en una espalda, en el psicológico, reduciendo el estrés gracias a un masaje relajante, pero también en el erótico o romántico, ayudando a seducir a una persona con un masaje que haga que esta persona se derrita por ti. Seguro que tienes en mente una persona a la que podrías seducir por medio de un masaje, pues en este artículo queremos echarte una mano para que sepas los mejores trucos y consejos para que puedas seducir a quien quieras con un delicioso masaje que nunca olvidará.
Ambientación para el masaje
Uno de los puntos fuertes para aplicar un buen masaje es la ambientación del lugar en el que se va a dar. No es lo mismo intentar masajear a una persona en un sofá, en el que no se encuentra cómodo, con ruido de fondo o malos olores, que en una cama que tenga las luces más tenues, un agradable aroma o con música chill out. Por este motivo, debes preparar muy bien el lugar donde querrás dar el masaje, en el mercado hay bombillas led que puedes regular la intensidad, para dar un poco de intimidad a la estancia, como también pétalos de rosas que puedes colocar a lo largo de la cama o incluso por el suelo. Las velas aromáticas juegan un papel muy importante, ya que se ha comprobado que la aromaterapia aplicada a la sexualidad y seducción son esenciales si quieres crear un ambiente propenso. De igual modo, la música puede transportar y relajar incluso a las fieras, por eso, elige una música tranquila, relajante y sensual.
Masajes con suavidad y dedicación
Se sabe que la piel está repleta de terminaciones nerviosas que transmiten al cerebro mucha información. Entre estos datos que recibe se encuentra el placer del tacto, por eso, tal y como nos aconsejan desde Tantra Palace, el tacto, la suavidad y la dedicación en el masaje serán claves para seducir a una persona. No intentes realizar un masaje de 5 minutos y pensar que en dicho tiempo la persona se va a entregar a ti dócilmente. Todo lo contrario, deberás de conquistarla con un masaje en el que te puedas explayar, relajarte a la par que la otra persona se relaja, sentir su piel en tus manos, haciendo que este sea un preámbulo de algo mayor y que deseas.
Cuando se realiza un masaje con suavidad y tranquilidad, la persona que lo recibe también consigue relajarse, liberando hormonas de la felicidad y también del deseo, pues se siente bien y apacible, y, por lo tanto, esta conexión entre la persona que da el masaje y la que lo recibe se vuelve más fuerte, más intensa, haciendo que la excitación pueda darse más fácilmente, como también el deseo, que es lo que buscas con esta práctica.
Seducir a una persona con un masaje
Según la intimidad que tengas con esta persona, podrás masajear más o menos partes de su cuerpo, aunque claro está todo depende del lugar en el que os encontréis y de las intenciones que vayáis a tener. Incluso cuando sepas que vas a terminar intimando con dicha persona, deberás de disfrutar del momento, del masaje y de todo el ambiente que has creado, porque eso hará que esta persona repita con total seguridad.
Lo primero que puedes masajear es la espalda haciéndolo lentamente, con suavidad, subiendo a los hombros y también al cuello. Estos movimientos deben ser sensuales, pudiendo en algunos momentos acariciar el cuello, las orejas e incluso susurrarle algo al oído. Esto viene muy bien si utilizas, además, aceites esenciales para provocar que la excitación crezca.
Una vez que hayas masajeado esta zona, podrás ir hacia otras partes, como las piernas o los pies. Cuando vayas por las piernas, recuerda hacerlo con delicadeza en algunas partes, pero también con intensidad, con pequeños golpecitos para liberar la tensión, relajar, pero también buscando la sexualidad, algo que podrá poner a tono a cualquier persona y que hará que crezca el deseo y las ganas de tener algo contigo. Recuerda que, a pesar de esto, tienes que seguir dando el masaje durante un tiempo más, ya que es aconsejable no darle aquello que quiere al momento, sino que todo tenga su momento, creciendo en esta persona las ganas de poseerte.